miércoles, diciembre 13, 2006

Vidas Secretas (III)





Los acontecimientos se habían precipitado aquella mañana.

Andrea jamás pensó como iba a cambiar su vida, mientras se desperezaba al despertar.

Timothy la había besado en la frente antes de marcharse hacía su trabajo.

Ella remoloneó un rato más entre las sabanas y no le devolvió el beso.

Abrió los ojos cuando escuchó como se cerraba la puerta y supo que Timothy ya había salido de la casa.

Andrea se había tomado el día libre en su oficina, tenía algunos asuntos que resolver, nada importante ni urgente, pero necesitaba tomarse unas horas para solucionar algunos temas en el banco.

La habitación estaba en penumbra, aún no había amanecido, dio la luz de la lamparilla de la mesita de noche.

Odiaba la oscuridad, tenía miedo de volver a dormirse.

Últimamente siempre se le repetía el mismo sueño, intentaba despertar moviéndose, gritando…Pero era imposible.

Cuando por fin lograba abrir los ojos desde su pesadilla le aterrorizaba volver a dormirse, estar sola y que Timothy no pudiera zarandearla para despertarla.

Aquel sueño la angustiaba.

Al igual que su vida. Se sentía encadenada a aquel matrimonio y no sabía como enfocar el tema ni recuperar su libertad perdida. Había dejado de amar a Timothy.

Hacía ya tanto tiempo desde la última vez que se sintió enamorada de su marido que lo había incluso olvidado. Quizás habían pasado meses, quizás años…

Día tras día la misma rutina.

Ambos habían iniciado durante su noviazgo aquellos juegos de rol en los que él asumía el papel de ser su Amo y ella su sumisa, hasta llegar a convertirla en su esclava sexual.

Al principio era excitante aquel secreto que compartían frente a amigos y conocidos, pero con el tiempo Andrea llegó a sentirse atrapada en su relación.

Necesitaba experimentar todas aquellas sensaciones que Timothy le brindaba. Sentir aquella mezcla de dolor y placer se había convertido en una droga.

Se sentía ya dependiente de aquel tipo de relación pero tras sentirse atraída de un modo casi salvaje por un compañero de oficina, descubrió que había dejado de amar a su marido y que en sus fantasías era otro quien la sometía, quien la seducía, quien se convertía en su Dueño.

No sabía como escapar de aquella relación. No quería dañar a Timothy. Él la amaba.

Disfrutaban del sexo juntos, las sesiones eran placenteras y ella vivía su rol de esclava entregándose y sometiéndose a él, abandonándose a su antojo, sintiéndole el propietario de su cuerpo, aquél que gobernaba sus orgasmos y dosificaba su placer.

No había ya límites en aquella relación y ella había dejado de tener secretos para él.

Hasta que inició aquella aventura con su compañero de oficina.

Entonces todo aquel universo de entrega, que les pertenecía sólo a ellos dos, se resquebrajo en mil pedazos.

Ya no deseaba sus azotes, ya no disfrutaba de sus caricias ni podía someterse a sus caprichos sin remolonear.

Había dejado de amarle y ya no tenía sentido para ella que él le inflingiera dolor ni sus caricias lograban saciar su hambre de placer, tampoco se sentía recompensada como antes, tan sólo con un simple beso, cuando tras desatarla permitía que ella le abrazara.

De repente su vida era absurda.

Buscó el teléfono y llamó a su compañero de oficina, quizás podrían aprovechar la hora del almuerzo para tener un fugaz encuentro.

Aquellas citas furtivas se habían convertido en el único acicate que día tras día la hacían sentirse viva, mientras su alma moría en manos de quien alguna vez fue su Dueño.

No quería ya tener remordimientos, tampoco quería pensar en si su conducta era denigrante y ultrajaba los principios que una esclava jamás ha de traspasar : la fidelidad a su Amo, la traición a su confianza.

Lo cierto es que vulnerar aquellas normas no escritas la hacían sentirse fuerte frente a quien ahora se había convertido en el verdugo de su libertad.

Se levantó de la cama y tras despojarse del diminuto pijama procedió a perfumar todo su cuerpo, mientras se observaba en el espejo del comodín.

Su pelo aunque revuelto y despeinado era una invitación a la sensualidad.

Desnuda seguía siendo tan elegante como cuando llegaba a la oficina enfundada en cualquier estiloso vestido.

Volvió a acostarse en la cama. Su amante poseía una copia de la llave de la cerradura.

Confiaba en él. No era la primera vez que usaban su casa para encontrarse y amarse como posesos que comparten la misma locura.

El tiempo de espera lo dedicó a perderse en sus ensoñaciones, mientras su mano mojándose del placer del deseo, acariciaba su sexo, imaginando el bello cuerpo de su amante poseyéndola otra vez, adentrándose en su vientre, navegando por sus pechos con su lengua, surcando el mar alborotado de su carne, refugiando sus gemidos en el puerto de sus caricias.

Muy pronto oyó abrirse la puerta, los pasos hacía la habitación y pudo ver impaciente ya, la figura de su amante recortada en la penumbra avanzando hacía su lecho.

Él se despojó de su indumentaria antes de cobijarse bajo las mismas sabanas en las que ella ardiente y deseosa le esperaba.

No hubo tiempo de caricias, ni de besos, la cabalgó sin tregua, sin más preámbulos mientras ella gozosa gemía y suspiraba abrazándose al cuerpo de su amante.

La tragedia de lo imprevisto hizo zozobrar la nave de lujuria en la que navegaban.

Todo sucedió muy rápido. Una puerta abriéndose y cerrándose.

Unos pasos que se encaminan hacía la habitación.

Y antes de poder reaccionar ninguno de los amantes, una luz que se encendió.

Timothy horrorizado en el umbral de la puerta de la habitación contemplando la traición de la mujer que tanto amaba, su compañera, su amante, su esclava...

miércoles, noviembre 08, 2006

Vidas Secretas ( II )



(Gäel)

Timothy se acercó al rincón donde estaba Andrea esposada y le acarició con su mano,repleta de infinita ternura, la mejilla,resbalando por su cara hasta detener sus dedos sobre sus labios esperando que ella respondiera agradecida con su lengua a las dulces caricias.
Andrea, dócil como una perrita, lamió y beso la mano de su Dueño.
George permanecía en el umbral de la puerta observando la escena.
Jamás hubiese podido imaginar que podría ver a Andrea arrodillada, desnuda, hermosa y entregada al placer de su Dueño.
Timothy se dio ligeramente la vuelta para indicarle a George con un gesto de su cabeza que se aproximara a ellos, mientras Andrea seguía lamiendo su mano dulcemente, recorriendo con su lengua dedo a dedo, perdiendo sus labios en aquella adorada mano y saboreando con sumo placer la piel de su propietario.
Cuando George se detuvo al lado de ellos pudo apreciar aún más, la hermosura de la mujer y también que estaba marcada. Descubrió un piercing azul en su ombligo y que llevaba los pezones anillados.
Sintió una tremenda admiración por los avances que su amigo, Timothy, había conseguido de su esclava.
- Andrea, saluda a nuestro invitado como debes, ya sabes que esta visita de George es en calidad de Amo, además de amigo, y que esta noche te cederé a él, es la única prueba que tenemos pendiente de superar en tu adiestramiento.
George ofreció a Andrea su mano y ella mostrando la misma complacencia con que había lamido a su Dueño le beso y acarició con su lengua.
Tras este recibimiento Timothy procedió a desatar las cadenas que la unían a la pared y le ordenó que se posicionara en el suelo como una perrita, ofreciendo la esplendida visión de su contorneado trasero.
Entonces Timothy cogió una pequeña paleta que había encima del potro, situado a su lado, y se la ofreció a George.
- Se inician las clases de hoy y Andrea ha sido muy mala alumna, ¿Tendremos que castigarla, verdad George?
George asintió con la cabeza y sin proferir palabra alguna inició aquel castigo, azotando a Andrea en sus nalgas con la pequeña paleta.
Ella permanecía en silencio, sin variar un ápice su posición, lo que le agrado a George que sin contar los azotes, no detuvo su castigo hasta que el trasero de ella estuvo lo suficientemente enrojecido.
Cuando dio por finalizado la tanda de azotes Timothy comprobó paseando su mano por el sexo de ella la humedad que delataba el placer de la mujer en aquella situación.
- George creo que a nuestra putita le ha agradado el castigo, seguramente habremos de ser mucho más duros con ella esta noche si no queremos que no nos pierda el respeto. ¿Qué sería de nuestra reputación como Amos si estamos regalando el placer a nuestra sumisa sin que nos haya aún complacido? – dijo Timothy en tono irónico.
- Tienes razón Timothy, habremos de ser mucho más duros con ella…- respondió George mientras observaba como a Andrea se le escapaba una fúrtiva lágrima por las mejillas.
Timothy, quizás sin darse cuenta de aquellas lágrimas, abrochó una cadena más fina al collar de Andrea, y la conminó a seguirles gateando, abandonando la fría estancia.

sábado, noviembre 04, 2006

Vidas Secretas ( I )



- Pasa George, has sido puntual.
George franqueó la puerta de la casa y tras colgar su abrigo en el perchero de la entrada se adentró tras su anfitrión que caminando lentamente esperaba a que le siguiera su invitado hacía el interior de la casa.
Hacía frío en la calle, George agradeció la calidez con que le envolvió la vivienda en cuanto cruzó el umbral, se sentía algo nervioso puesto que desde hacía varios días no había podido dejar de pensar en otra cosa: La cita ineludible que aquella noche se iba a fraguar en aquella casa.
Había pasado ya mucho tiempo, varios meses, desde que Timothy y él se habían confesado sus deseos y fantasías más ocultas. Y fue una agradable sorpresa descubrir que ambos eran practicantes del sadomasoquismo y que ese tipo de relación en el que ostentaban la dominación sobre la mujer era para ellos un modo de vida.
Fue entonces, en esa trascendental conversación cuando George descubrió que Andrea, la compañera de Timothy era en realidad también su esclava.
Siempre había deseado a Andrea, era una mujer muy atractiva, morena, de pechos exuberantes y figura elegante. Andrea era para él la encarnación de la sensualidad y sin saber que realmente esa era su condición, más de una vez había fantaseado con la posibilidad de que ella fuera una esclava con quien compartir momentos de placer.
Pero sentía un profundo respeto hacía su amigo Timothy y jamás se insinuó ni mostró su interés hacía Andrea, entre los tres se había entablado una peculiar relación de amistad y camareria y nunca observó entre su amigo y ella ningún pequeño detalle que le indujera a pensar que eran Amo y esclava.
George tras su separación, ocurrida unos meses antes de aquella vital conversación con Timothy, no había vuelto a tener ninguna pareja estable, había gozado de la compañía esporádica de alguna mujer, había retozado en algún lecho ajeno pero no se había interesado ya en especial por ninguna fémina puesto que una vez separado había decidido que su próxima compañera había de ser una mujer que compartiera también sus gustos sadomasoquistas. Sabía que resultaría difícil llegar a conocer a una mujer que cumpliera dicho requisito y que le satisficiera como mujer y compañera, que se convirtiera en su cómplice, en su amante y en su sumisa .Pero estaba decidido a esperar el tiempo suficiente para lograr aquel sueño : Gozar de su condición de Amo de una bella mujer y sentir como día a día iba moldeándola y educándola para él.
Timothy se detuvo ante una de las puertas.
- ¿Esta aquí ella? – preguntó George.
Timothy asintió con la cabeza y extrayendo una llave de su bolsillo abrió la cerradura.
La estancia estaba en penumbra pero podía apreciarse que estaba decorado de un rústico modo, paredes forradas de piedras que simulaban el interior de una mazmorra, grilletes en las paredes, cadenas, un potro, una jaula y poleas en el techo.
En el fondo de la estancia se podía apreciar la silueta de una mujer arrodillada y encadenada a la pared con gruesas cadenas que partían de las muñequeras de sus brazos.
George se estremeció al distinguir su figura.A pesar de la oscuridad de la estancia su perfil de blanca diosa desnuda destacaba en el cuarto llenando de luz y pensamientos prohibidos el lugar.
Ella les miró y sonrió dulcemente, bajando luego su cabeza y agachando su mirada.
George sintió una ola de deseo surcar su cuerpo, al verla así, ofrecida e inmovilizada, serena y dulce esperando que su Amo, Timothy entrará en la habitación.
Había llegado el momento que tantas veces había soñado.

domingo, septiembre 24, 2006

Conjura y Liberación

"Todo se ensambla fielmente, lo vivido y lo soñado, todo se descubre comúnmente compartido en el universo de una misma locura: y si nos atrevemos a mirarlo a la cara, horrores, maravillas, sueños, mentiras, todo es conjura y liberación." Pauline Réage - Histoire d'O

sábado, septiembre 23, 2006

No quiero pensar...

Necesito pensar, me gusto el sabor de tus besos pero cerré mis ojos y no imaginé que eras tú…
Tras cenar fuimos a una Jaima, nos recostamos en el suelo, descalzos, tu te apoyabas en la pared, sobre unos cojines. Te mostrabas tan feliz de haberme reencontrado…
Y me atrajiste hacía ti, entallaste mi cintura y me besaste en los labios.
No rechacé tu beso, pero me sentí extraña.
De nuevo me besaste y te correspondí. Eras tú, sentí que volvía a un rincón perdido de mis recuerdos y estaba de nuevo con aquel hombre que un lejano día llegue a amar.
Pero en mi imaginación no fuiste tú quien me besaba…
Ilusionado me hablabas de viajes, me contabas los lugares y locales que has visitado en Londres y que deseas mostrarme, también has estado varías veces en Cap d’Adgê y deseas que te acompañe, quizás el próximo verano.
Me comentaste varias tiendas de tu ciudad donde deseas llevarme cuando yo vaya para que me convierta en modelo para ti, probándome ropa fetish.
Ayer te pedí tiempo, me sentí reconfortada con tu presencia, me infundes tranquilidad, serenidad y confianza pero no puedo imaginar dar un paso más allá de una amistad.
Hoy un imprevisto familiar te ha obligado a marcharte anticipadamente, no ha sido nada grave y he respirado un poco aliviada por conseguir algo más de tiempo para pensar…
Ayer ante mí estabas tú: la realidad, los recuerdos y en mi mente la fantasía.
Y no sé si tengo elección, mi razón me dicta que debería de renunciar a lo que mi alma reclama, tú eres la realidad, puedes darme una relación donde encuentre estabilidad emocional, donde exista confianza, complicidad, tú puedes darme las cosas que siempre soñé, pero mis fantasías siguen rondando mi mente y en mi imaginación. Y en esta sinrazón Él vuelve una y otra vez envuelto en brumas de irrealidad.
Y sé que llegara ese momento donde habré de elegir seguir por el camino de la locura o el de la cordura, pero ahora prefiero no tener que pensar, no quiero pensar…

viernes, septiembre 22, 2006

mi Tributo a Tí...

Perturbas mis sueños, mi cuerpo ansía tu cuerpo y mi alma enloquece por sentir tu alma cerca…
Te deseo mi Amo, quisiera llorar de felicidad por saberme tuya, quisiera que pudieras ver mis lágrimas de alegría por haberte encontrado.
Tú eres mi Señor, el único, el Amo que siempre soñé y jamás pude imaginar que existiera, el Dueño infinito de mi cuerpo y alma, ahora ya no existe el tiempo, ni existe ya lugar ni distancia que me separé de Ti…
Fantasia y realidad se han fundido en mi corazón...
Estos días te añoraré como nunca, te desearé como nunca y tan sólo esperaré que el vagar de mi alma entre las Brumas pueda encontrarte cada vez que te piense…
Todo mi mundo te pertenece, y también en este mundo de la mujer estás presente, este es desde aquí mi tributo para estos días de ausencia mi querido Dueño,porque no solo la esclava te añorara, necesitaba gritarte que la mujer te pensará, te añorará, te deseará...Y se sentirá dichosa de saberse en la mente de su Amo, Dueño y Señor…

jueves, septiembre 21, 2006

¿Quieres ser mi sumisa?

Te miré sorprendida, habían pasado apenas unas horas desde que nos habíamos encontrado en aquel tren y tú rompiste el silencio que empezaba a abrumarnos en aquella calida terraza una tarde cualquiera de invierno.
Ya nos habíamos contado casi todo y tan sólo quedaba abordar el motivo de tu viaje para conocerme.
Y fue entonces cuando supe que los mails previos, las veladas en el chat y las interminables conversaciones por teléfono habían fructificado en un mutuo deseo de iniciar una relación…
Y tras aquel fin de semana llegaron otros días compartidos y muchos momentos felices.
Fui tu primera sumisa y aquellos cinco meses me colmaste de felicidad con tus atenciones, tus detalles y tu trato…Convirtiéndote en mi Amo.
¿Sabes que he seguido usando durante estos casi cinco años la pulsera que me regalaste en mi cumpleaños?
Acero y oro como una serpiente enroscada a mi muñeca.
Jamás pensé que la vida pudiera hacernos reencontrar en un momento similar.
Y dices que quizás es ahora nuestro momento porque entonces no pudo serlo.
Vuelves a ser el hombre entusiasta y feliz que un día conocí, te muestras tan ilusionado con nuestro encuentro…Y yo temo por tu ilusión por si vuelves a agobiarte como entonces por no tenerme y necesitarme...
Me has contado que escribiste sobre aquella nuestra primera noche compartida en un parador a la orilla del mar, y te he confesado que yo también escribí un relato sobre aquella noche tan especial.
No sabes que en realidad escribí muchas más páginas donde eras tú el protagonista, rememorando nuestros dulces y excitantes encuentros.
Quieres que intercambiemos nuestros escritos y me perturba la idea de sentirme de nuevo desnuda frente a ti. Desnudarte mis recuerdos, mis pensamientos otra vez…
En aquellos días en que me seducías tan sólo con tu mirada, con tu olor…Eras irresistible para mí y cada vez que estábamos juntos volvías a vencer a la mujer y a apoderarte de la sumisa.
He adorado tu recuerdo, siempre fuiste alguien muy especial para mí, y ahora por sorpresa vuelves a mi vida, cuando más necesitada de entregarme estoy.
Mañana volveré a verte, luciré mi pulsera en la muñeca, como siempre,desde entonces...
No sé si tu recordaras al verme lo que un día fui para ti y si se removerán en nosotros de nuevo deseos escondidos, mañana estarás aquí, comeremos juntos y verás de nuevo a quien un día fue…Tu sumisa…

martes, septiembre 19, 2006

Un paseo pendiente...

Han pasado ya cinco años desde que fuiste mi Amo.
Recuerdo la primera cita, en un tren, el beso al despedirnos y el final de la tregua que nos habíamos marcado aquel primer día.
También recuerdo con dulzura nuestros encuentros.
Hoy me has recordado aquella primera noche en la que tuve que salir desnuda desde el baño hasta la penumbra de la habitación donde me esperabas sentado en un sillón.
Como me examinaste para después, mientras me tumbaba sobre tu regazo azotarme el trasero.
Me sentía extraña en aquella nueva situación para mí, mientras me hacías aflorar todas aquellas sensaciones mezcladas de vergüenza y deseo.
Te gustaba atarme, vendabas mis ojos con pañuelos de seda.
Jugábamos en cualquier parte, llegaste a atarme en una mesa de la habitación del hotel en una ocasión.
Cinco años ya…Y aún recuerdo tu olor y tu sonrisa.
Este año pasado coincidimos en varias fiestas, pero no me atreví a saludarte y aunque una vez cruzamos nuestras miradas no me reconociste.
Ahora mi melena es lisa y rubia, tú me conociste pelirroja, con el pelo corto, algo ondulado, y entonces estaba más delgada.
Me he acordado de ti estos días y hoy te he enviado un mail.
Hemos hablado de nuevo hace unos momentos.
Estuviste mirando unas viejas fotos mías hace unos días, casualidad que también hayas pensado en mí ahora, ambos nos hemos sorprendido de habernos pensado…Justo ahora.Tú creías que me había apartado de esto y que había vuelto con mi ex marido, te has sorprendido gratamente de que siga aquí. Has roto una relación hace un mes de tres años, desgastada ya por multiples peleas. Paralela tu trayectoria a la mía.
Estamos libres los dos, ambos sabemos lo que deseamos vivir, la experiencia de estos años queremos compartirla y quizás volver a probar juntos a ser Amo y sumisa.
Parece que este es nuestro momento y lo que entonces no pudo ser, quizás ahora vuelva sea posible.
Te he notado feliz de reencontrarme, tu voz delataba tu alegría, me has contado que últimamente te sentías desangelado y que no podías creer que yo hubiese vuelto a aparecer. Que buscaste mi teléfono pero yo lo cambié hace años, también cambié aquel mail al que me escribías, menos mal que tú conservaste el mismo…
Y me has afirmado que vendrás este fin de semana si deseo verte. Siempre me gusto tu impulsividad y tu sinceridad. Me has preguntado si estaría dispuesta a ir conociéndonos poco a poco, sin agobiarnos y probar.
Me has contado que estas terminando una novela, quieres que de nuevo sea tu primera lectora, te he contado que yo ahora también escribo y quieres leer mis cosas.
Llegarás el viernes…Han pasado cinco años y sin embargo tengo la misma ilusión que aquella primera vez, un lejano día de diciembre.
Esta vez te recogeré en la estación, quieres buscarte un hotel cerca del mar, siempre nos gusto encontrarnos cerca del mar, tenemos un paseo pendiente…

viernes, septiembre 15, 2006

lunes, agosto 21, 2006

Un encuentro con sorpresa...

Esa tarde ella iba a dedicarse a él, deseaba regalarle todo su placer empapado de ternura, caricias, besos. Complacerle, ofrecerse a él y sentir como él jugaba con su cuerpo adueñándose de su deseo…
Espero desnuda a que él llegará, impaciente por verle sentía como el deseo impregnaba su sexo, sintiéndose cada vez más vulnerable ante aquella incontrolada humedad que delataba sus pensamientos...
Ella había planeado darle una sorpresa y satisfacerle como nunca lo había hecho. Antes de su encuentro le anticipo algo de su sorpresa en tono misterioso pero no quiso revelarle en que consistía manteniendo la incógnita hasta ese día.
Nerviosa, tensa, intentó relajarse dando pequeños paseos por aquella habitación, asomándose de vez en cuando a la ventana que permitía ver las hermosas vistas de aquella parte nueva de la ciudad. Edificios blancos que asemejaban enormes esculturas modernas, burlando al tiempo, reflejándose coquetas en el agua circundante, una verdadera ciudad de blanca paz, dentro de la otra ciudad, la bulliciosa,la de las prisas...
Había estado varias veces paseando por aquella zona, por su parte más arbolada, pero jamás había gozado de las hermosas vistas que se apreciaban desde aquel hotel.
Miro el reloj, casi era la hora…Se situó sobre la cama y arrodillada según él le había indicado que esperara, siguió consumiendo aquel denso tiempo.
Escucho pasos detenerse al otro lado de la puerta, sus nervios la atenazaban pero inclinándose más en su postura, agacho su cabeza y espero a que la puerta se abriera.
Sabía que era él quien se dirigía a la cama, había llegado el momento del reencuentro, el denso tiempo casi se detuvo en aquel segundo en que él acarició delicadamente su espalda, para después apartar sus dorados cabellos del cuello y deslizar sus labios hasta su nuca cubriéndola de besos.
Se estremeció ante aquellos añorados y conocidos besos, su respiración se agitaba, no podía ya disimular más su deseo por verle, por sentirle…

- Hola mi perrita …– dijo él en un susurro, al sentarse en el borde de la cama, mientras seguía acariciando su espalda delicadamente .
- Hola…– respondió ella, ladeando la cabeza y mirándole por primera vez desde que había entrado en la habitación..
- ¿Vas a revelarme ya tu sorpresa o aún tendré que esperar mucho? – preguntó él con sonrisa burlona.
- Lo sabrás dentro de muy poquito... – contestó ella también sonriendo.

Lo cierto es que ella sentía mucha vergüenza a medida que se aproximaba el momento, pero ya no había vuelta atrás, estaban en aquella bonita y soleada habitación de hotel. Los días previos habían diseñado aquel anhelado encuentro y ella estaba deseosa de demostrarle a él que se sentía dichosa de pertenecerle nuevamente y que disfrutaba complaciéndole con pequeños y placenteros detalles como el que había preparado para esa tarde.No había logrado mantener en total secreto sus intenciones y ahora tenía que dejar a un lado la vergüenza y el pudor y cumplir lo que le había anunciado…

- Si me permites desnudarte puedo empezar ya con la sorpresa – le dijo ella con mirada inquisidora.

Ante la aprobación de él se incorporó en la cama, se besaron en la boca y ella, inclinándose levemente, empezó muy despacio a desabrocharle los botones de su camisa, mientras salpicaba sus mejillas de besos contenta por volver a estar junto a él.
Una vez estuvo él desnudo le pidió que se tumbara en la cama, mientras ella, andando descalza por el parqué, se dirigía al cuarto de baño.
Él se acomodo en la cama, apoyando su cabeza en una de las almohadas de la cama siguiendola con su mirada. Cuando ella salió,él miro con curiosidad el frasco que llevaba en la mano, pues aún no sabía en que consistía la sorpresa ni sabía que era el líquido que contenía la transparente botella.

- Es aceite de baño, hoy voy a darte un masaje muy "especial" – le aclaro ella en tono pícaro mientras se aproximaba a la cama apercibiendose de su extrañeza.
- ¿Cómo de especial?... - preguntó él.
- Tan especial que pasearas por las nubes y te llevaré al cielo, mis masajes son asi de especiales… – bromeó ella, dejando escapar una burlona sonrisa.

Entonces ella subió a la cama y sin esperar más se sentó sobre el desnudo cuerpo de él, rozando fugazmente con su rasurado sexo el moreno pubis que coronaba el puente a su placer,final destino de sus tentaciones más calladas....Y le dijo muy despacito al oído, mientras se tendía ligeramente sobre él:

- ¿Nunca te han dado un masaje acariciándote con todo el cuerpo...?
- Ven aquí provocadora …

Entonces él la atrajo hacía si, en un abrazo y después de besarla muy dulcemente, tras mirarse a los ojos y decirse sin palabras cuanto se deseaban, con su sonrisa él la invito a iniciar aquel prometido masaje.

Y asi fue como ella, impregnando una y otra vez sus manos de aquel aceite, inició su sensual paseo, retozando, perfilando con sus pechos un imaginativo camino cuando se inclinaba sobre aquella amada piel, aproximándose y alejándose, balanceándose, paseando lentamente con sus manos, tiñendole de aquella transparente esencia con sus pezones en su pecho , deslizándose sobre él,resbalando sobre sus piernas, atrapándole y liberándole una y otra vez,dibujando una invisible acuarela con los colores del deseo...Sintiendo en cada rincón de su piel como el aceite les iba fusionando en un solo cuerpo, una sola caricia, conduciéndoles al paraíso sin retorno de su pasión, hasta explotar de placer y convertirse en una sola piel...

jueves, julio 13, 2006

Una visita especial...

- Ding-Dong! Ding-Dong!

Ella se apresuro a abrir la puerta. Miro primero por la mirilla, estaba algo nerviosa pero intentó sosegarse.Si, era él,estaba allí en el rellano. Se miro una vez más en el espejo del recibidor.

Estaba desnuda. Respiro hondo intentando tranquilizarse. Era absurdo estar nerviosa, él la había visto ya desnuda en otras ocasiones íntimas que habían compartido, no había motivos para estar nerviosa porque él ya conocía su cuerpo y pensaba que había perdido su inicial pudor respecto a él.

Pero aquella vez era especial. Él había querido que le abriera desnuda la puerta.Su deseo era que ella le esperara así,su fantasía hacerla suya, sentir que durante toda la tarde ella iba a ser su putita...

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Él esbozo una leve sonrisa al verla desnuda y ella se sintió ligeramente avergonzada de haberse atrevido a cumplir lo que él deseaba. Se dieron un beso y ella se abrazo a él quizás pretendiendo ocultarle su cuerpo desnudo.Tras ese breve abrazo tomo la mano de él y le atrajo hacía el salón donde le insto a sentarse mientras ella permanecía esperando de pie.

Él parecía un poco cansado, había recorrido bastantes kilómetros para llegar hasta allí.Le tendió una copa de cerveza y espero a que él refrescara su sed, después ella se aproximó al sofá y sin mediar palabra se sento sobre él, procediendo a desabrochar muy lentamente los botones de su camisa, tras enzarzarse en un interminable beso, en el que sus lenguas danzaban buscándose.

Mientras le desabrochaba los botones a veces acercaba su boca al cuello de él y deslizaba su lengua recorriendo aquel placentero sendero que culminaba jugueteando con el lóbulo de su oreja, fingiendo morderle mientras él dulcemente la recriminaba y jugueteaban ambos simulando forcejear al seguir ella insistiendo...

Ella le despojó de la camisa y siguió recorriendo su torso ya desnudo con su lengua, besando su pecho, dejando que sus pezones rozaran aquel deseado cuerpo mientras él la acariciaba y paseaba sus manos por toda su piel, con infinita ternura y pasión, arrancandole suspiros de placer...

Se sentía deseosa por sentirle más, demasiado tiempo había transcurrido desde su último encuentro y de nuevo revivía su cuerpo al sentir tan cerca al único y verdadero dueño de su corazón...

Estaba muy excitada pero siguió acariciándole muy lentamente, sin prisas, disfrutando de las sensaciones de aquel momento,deseando que el tiempo se detuvieran en aquel momento tantas veces anhelado en secreto. Siguió cubriendo el cuerpo de él con besos y caricias hasta que sus manos se detuvieron en la cintura de su pantalón...

Su mano se introdujo suavamente desabrochando los botones del pantalón buscando avidamente su sexo, deseosa de complacerle, de saborearle, de sentirle... Adorarle una vez más...

jueves, abril 27, 2006

Una pareja más...



Hemos seguido la carretera que lleva hasta el Desierto.
Me habían hablado de las hermosas vistas que desde allí podíamos divisar y deseaba compartir contigo ese lugar.
Aparcas el coche y recorremos el sendero que nos lleva hasta el final de las rocas.
Estamos tan cerca del cielo aquí…
Podemos perder nuestras miradas en el infinito mar.
La playa, el pueblo todo queda tan lejos de los dos en este momento.
Hace mucho tiempo que no estabamos tan solos y tan cerca.
Hemos dejado atrás dudas, incertidumbres, enfados y peleas, ha sido un largo camino el que nos ha traído a este preciso momento.
Nos dejamos inundar por el silencio para descubrirnos justo en este momento y besarnos y abrazarnos otra vez.
Me coges de la mano, retrocedemos y seguimos caminando entre los árboles y arbustos.
Encuentras el lugar que deseabas y allí me ordenas desnudarme.
Temo que alguien pueda verme pero es mi deseo obedecerte.
Me desprendo lentamente de mi indumentaria.
Tú vas depositando mi ropa prendida en las ramas del pino que tengo a mi lado.
Lentamente voy desnudándome hasta quedarme tan sólo con el sujetador y el tanga.
Te suplico con mi mirada , intentando comprendas mi ruego y me detengas,pero tu deseo es que me despoje de todo.
Y asi desnuda me arrodillo frente a ti, mi Dueño, Amo y Señor.
Las hojas secas castigan mis pies, y allí con un verde escenario como téstigo te entrego mi compromiso escrito en ese papel que habías preparado.
Te pido que me tomes una vez más.Y de nuevo me aceptas como tuya.
Tras unos interminables momentos de silencio en los que tan sólo me observas, te desabrochas el cinturón y lo tomas con tu mano después de liberar tu sexo del pantalón.
Acercas mi cabeza a ti y ya sé qué deseas.
Y lamo, chupo, devoro con fruición tu sexo, hasta que me olvido del lugar donde estoy, hasta que pierdo el temor a que alguien pueda verme allí, desnuda y arrodillada.
Ya tan sólo pienso en complacerte y voy entregándome en cada suspiro, en cada gémido, abandonándome a tu placer, olvidándome de quien soy yo,llenándo mi mente y mi alma de las sensaciones que van asaltando mi ser...Mientras vas castigando mi espalda y mis nalgas con los azotes de tu cinturón.
Siento como voy empapándome de mi propio deseo hasta que explotas de placer en mi cara.
Y ahora sé que el tiempo ha dejado de existir, que siempre fui tuya.
Te pertenezco. Eres mi Dueño.
Tras vestirme hemos vuelto al lugar desde donde se puede ver el mar, te has sentado en una roca y me he sentado en tu regazo.
Me abrazas mientras miramos de nuevo el paisaje.Apartas mi pelo para besar mi nuca y sigo abandonándome a la felicidad de sentirme así, segura, de nuevo entre tus brazos...
Entonces hemos oído voces a lo lejos, un grupo de personas han llegado a las inmediaciones del lugar.
Cómplices hemos sonreído, tan sólo somos una pareja más disfrutando de las hermosas vistas.

martes, abril 11, 2006

Cada vez...

Puedo sentir como el cinturón lame mi espalda, me besa la piel, me araña…
Y tú te mueves al compás de mis gemidos, navegando en mis entrañas.
Grito. Es placer. Deseo más. Y tú no te detienes.
Tumbada sobre tu cama, puedo sentir a veces tu aliento en mi espalda…
Cada vez más dentro, mis dedos recorriendo ya el dibujo de la colcha, retorciendo mis manos la tela, mientras tu te vas hundiendo en mí.
Mis labios sellan con jadeos mi deseo.
Puedo sentir el cinturón lamiendo mi espalda, azotes, caricias. Cada vez más fuerte.
Ya nada más importa.
No puedo pensar, tan sólo sentir como me posees.
Tú me vas retrasando ese momento, juegas con mi ansia y te adueñas de mi placer.
Tus palabras teñidas de dureza ahora me excitan…
Cada vez más fuerte. Cada vez más dentro.
Y ya sólo deseo amarte, entregarme, beber de la desesperación por ser tuya y nadar entre las aguas de mi dulce abandono…

miércoles, marzo 15, 2006

No hay red



Sin condiciones. Sin límites.
Tu riges ya mi cuerpo y mi alma.
No lograba salir de mi laberinto emocional, no me atrevía a arriesgarme pero tampoco podía olvidarte.
Seguía dando tumbos a ninguna parte negándome lo que sentía, que era tuya.
Y tú esperaste. Comprendiste. Supiste.
Porque mi entrega había sido real y no podía dejar de pertenecerte por mucho que luchará contra mi verdad, y tú lo sabías. Yo te pertenecía.
Tuve que luchar contra mis miedos e inseguridades y erradicar todos los pensamientos que sólidamente se habían aferrado a mi mente, diseñados durante años por mi imaginación y educación.
Fui mi propia rival en este combate desde el principio perdido.
Y por primera vez en mi vida venció la sumisa a la mujer, porque ya nada podía apartarme del camino que me conducía hasta ti, mi Dueño.
Me abandono a ti, nada espero, estoy en tus manos y confío en ti.
Como tu deseabas. Sin condiciones. Sin límites.

jueves, febrero 23, 2006

Cesiones

Y vuelves una y otra vez...Vuelves a mi mente cuando creo que ya te he olvidado.
El frío suelo bajo mis manos, apoyo mi mejilla y cierro los ojos...
Arrodillada, ofrecida, siento como invade mis entrañas y te pienso.
Mi límite era la cesión ¿recuerdas? Pensé que jamás traspasarías ese, mi límite.
Y siento que ahora se esta cumpliendo tu voluntad.
Eres tú quien esta cediendo mi cuerpo, porque otro me disfruta, y sigo siendo tuya...
Y eres tú quien me abandona en otros brazos, eres tú quien no me reclama a su lado...
Y vuelves una y otra vez...Vuelves a mi mente cuando creo que ya te he olvidado.
El frío suelo bajo mis manos, apoyo mi mejilla y cierro los ojos...
Arrodillada, ofrecida, siento sus embistes y te pienso.
Sé que te pertenezco, en contra de toda lógica, te pertenezco, quizás porque me arrebataste un trozo de alma.
Y me siento excitada y deseosa para tí, mientras él ahonda en mi, porque te imagino susurrándome al oído, presenciando esta escena, y disfrutando de mi entrega...
El frío suelo bajo mis manos, ladeo mi cabeza y abro mis ojos.
Me entristezco. No me sirve imaginarte. No estás.

Sensaciones

Y vuelves una y otra vez...Vuelves a mi mente cuando creo que ya te he olvidado.
El frío suelo bajo mis manos, apoyo mi mejilla y cierro los ojos...
Arrodillada, ofrecida, siento sus embistes y te pienso.
Mi límite era la cesión ¿recuerdas? Pensé que jamás traspasaría ese límite.
Pero pienso que en este momento se esta cumpliendo tu voluntad.
Y ahora tu eres quien esta cediendo mi cuerpo, porque otro me disfruta, y sigo siendo tuya...
Y eres tú quien me abandona en otros brazos, eres tú quien no me reclama a su lado...
Y vuelves una y otra vez...Vuelves a mi mente cuando creo que ya te he olvidado.
El frío suelo bajo mis manos, apoyo mi mejilla y cierro los ojos...
Arrodillada, ofrecida, siento sus embistes y te pienso.
Sé que te pertenezco, en contra de toda lógica, te pertenezco,quizás porque atrapaste mi alma...
Y me siento excitada y deseosa para tí, mientras él ahonda en mis entrañas, porque te imagino susurrándome al oído, presenciando esta escena, y disfrutando de mi entrega...
El frío suelo bajo mis manos, ladeo mi cabeza. Y me entristezco.No me sirve imaginarte. No estas.

martes, enero 31, 2006

miércoles, enero 18, 2006

Desdibujándote...

Voy desdibujándote de mi mente, tus marcas antes púrpura van diluyéndose en mi piel...
Casi sin querer, apareces salpicando alguno de mis pensamientos, pero evito pensarte, evito añorarte, evito arrepentirme…
Y con el paso de los días se va difuminando tu rostro, palidecen tus palabras y languidecen las ilusiones que despertaste en mi alma...
Venció la realidad a los sueños, la razón a la locura, la cobardía al atrevimiento.
Ahora sólo te permitiré ser un breve pensamiento, una fantasía a la que sin querer acudiré de vez en cuando, escapando de esta realidad…
Nada fue mentira, ni lo que yo te ofrecía ni lo que tu querías, sucedió que desperté antes de dejarme arrastrar sin remisión por el torbellino de sensaciones que sabiamente avivaste en mi, sumergiéndome en tu mundo, para mi tan deseado. Desperté y tuve miedo de ti, de mi…
Y tú, seguirás estando siempre allí, detenido en el tiempo, envuelto en los recuerdos de la oscuridad de aquella noche estrellada, en el olor a tierra mojada, en mis gritos, en mis lágrimas, en mi abandono...,y en este silencio que ahora nos separa.
No te equivocaste al saber que volvería allí. Cierro los ojos y vuelve a arañar mi alma la aspereza de la corteza de aquel árbol, donde desee cobijarme, y parece que han pasado ya millones de años luz desde aquella noche .Se desdibujan tus marcas con el paso de los días, el color púrpura se funde con mi propia carne, y sé que será imposible arrancar ya tu recuerdo de mi piel y de mi alma sumisa...

martes, enero 17, 2006

Lágrimas de sumisa

Nunca había llorado al ser azotada…Y tu arrancaste esas lágrimas que brotaban sin cesar desde el fondo de mi alma de sumisa, tanto tiempo dormida...Me diste el dolor suficiente para despertar en mi todo el respeto que siento ahora por ti, desde mi nueva condición : mi pertenencia a Ti...
Fui incapaz de rebelarme ni de salir huyendo, supe en aquel momento que te pertenecía, que deseaba cuanto estaba sucediendo entre las irreales sombras de la fría noche, oculta mi desnudez en la oscuridad del bosque, abrazada a aquel árbol que no podía guarecerme de sentir mi propio dolor envuelto en escalofríos...
Te intuía, te sentía...eras mi Dueño...y yo merecía aquel castigo. Y merecía cuantos azotes desearás darme, porque cada vez que el cinturón besaba mi piel ibas mordiendo un trozo de mi alma y yo iba fundiéndome más en Ti...
Y seguí soportando aquellos azotes que me sumían en un abismo de dolor, llegué a pensar que sería inaguantable para mi, pero jamás he deseado tanto seguir permaneciendo en un sitio como aquella noche...
Te presentí cuando te conocí, supe que ibas a ser mi Amo, supe que eras tú, aquel a quien iba a pertenecer en cuerpo y alma, no hay motivo, no hay porqué, supe que eras tú...
Y fue esa fría noche donde se mezclaban tus azotes con mis lágrimas cuando me convertiste en tu sumisa y me sentiste así : tuya…

Sensaciones dormidas...

Desnuda para ti…,mis brazos, enlazados en la nuca. Me observas en silencio.
No puedo ver tu semblante, agacho mi mirada como me has ordenado…
Apagas la luz, permaneces sentado en ese sillón y lentamente vas recorriendo mi cuerpo con la luz de una pequeña linterna que adivino en tus manos…
Noto como se va estremeciendo mi piel mientras sigues con ese silencioso paseo de luz que deslumbra mis ojos, acaricia mis senos, mi vientre, mis muslos…,se detiene en mi sexo durante un segundo interminable y siento como una mezcla de vergüenza y pudor sacuden mi alma invadida por el deseo de que me roces, aunque sea por un leve segundo…
Sigues deslizando esa luz sobre mi, acariciándome en silencio, descubriéndome y despertando en mi sensaciones dormidas...