lunes, agosto 21, 2006

Un encuentro con sorpresa...

Esa tarde ella iba a dedicarse a él, deseaba regalarle todo su placer empapado de ternura, caricias, besos. Complacerle, ofrecerse a él y sentir como él jugaba con su cuerpo adueñándose de su deseo…
Espero desnuda a que él llegará, impaciente por verle sentía como el deseo impregnaba su sexo, sintiéndose cada vez más vulnerable ante aquella incontrolada humedad que delataba sus pensamientos...
Ella había planeado darle una sorpresa y satisfacerle como nunca lo había hecho. Antes de su encuentro le anticipo algo de su sorpresa en tono misterioso pero no quiso revelarle en que consistía manteniendo la incógnita hasta ese día.
Nerviosa, tensa, intentó relajarse dando pequeños paseos por aquella habitación, asomándose de vez en cuando a la ventana que permitía ver las hermosas vistas de aquella parte nueva de la ciudad. Edificios blancos que asemejaban enormes esculturas modernas, burlando al tiempo, reflejándose coquetas en el agua circundante, una verdadera ciudad de blanca paz, dentro de la otra ciudad, la bulliciosa,la de las prisas...
Había estado varias veces paseando por aquella zona, por su parte más arbolada, pero jamás había gozado de las hermosas vistas que se apreciaban desde aquel hotel.
Miro el reloj, casi era la hora…Se situó sobre la cama y arrodillada según él le había indicado que esperara, siguió consumiendo aquel denso tiempo.
Escucho pasos detenerse al otro lado de la puerta, sus nervios la atenazaban pero inclinándose más en su postura, agacho su cabeza y espero a que la puerta se abriera.
Sabía que era él quien se dirigía a la cama, había llegado el momento del reencuentro, el denso tiempo casi se detuvo en aquel segundo en que él acarició delicadamente su espalda, para después apartar sus dorados cabellos del cuello y deslizar sus labios hasta su nuca cubriéndola de besos.
Se estremeció ante aquellos añorados y conocidos besos, su respiración se agitaba, no podía ya disimular más su deseo por verle, por sentirle…

- Hola mi perrita …– dijo él en un susurro, al sentarse en el borde de la cama, mientras seguía acariciando su espalda delicadamente .
- Hola…– respondió ella, ladeando la cabeza y mirándole por primera vez desde que había entrado en la habitación..
- ¿Vas a revelarme ya tu sorpresa o aún tendré que esperar mucho? – preguntó él con sonrisa burlona.
- Lo sabrás dentro de muy poquito... – contestó ella también sonriendo.

Lo cierto es que ella sentía mucha vergüenza a medida que se aproximaba el momento, pero ya no había vuelta atrás, estaban en aquella bonita y soleada habitación de hotel. Los días previos habían diseñado aquel anhelado encuentro y ella estaba deseosa de demostrarle a él que se sentía dichosa de pertenecerle nuevamente y que disfrutaba complaciéndole con pequeños y placenteros detalles como el que había preparado para esa tarde.No había logrado mantener en total secreto sus intenciones y ahora tenía que dejar a un lado la vergüenza y el pudor y cumplir lo que le había anunciado…

- Si me permites desnudarte puedo empezar ya con la sorpresa – le dijo ella con mirada inquisidora.

Ante la aprobación de él se incorporó en la cama, se besaron en la boca y ella, inclinándose levemente, empezó muy despacio a desabrocharle los botones de su camisa, mientras salpicaba sus mejillas de besos contenta por volver a estar junto a él.
Una vez estuvo él desnudo le pidió que se tumbara en la cama, mientras ella, andando descalza por el parqué, se dirigía al cuarto de baño.
Él se acomodo en la cama, apoyando su cabeza en una de las almohadas de la cama siguiendola con su mirada. Cuando ella salió,él miro con curiosidad el frasco que llevaba en la mano, pues aún no sabía en que consistía la sorpresa ni sabía que era el líquido que contenía la transparente botella.

- Es aceite de baño, hoy voy a darte un masaje muy "especial" – le aclaro ella en tono pícaro mientras se aproximaba a la cama apercibiendose de su extrañeza.
- ¿Cómo de especial?... - preguntó él.
- Tan especial que pasearas por las nubes y te llevaré al cielo, mis masajes son asi de especiales… – bromeó ella, dejando escapar una burlona sonrisa.

Entonces ella subió a la cama y sin esperar más se sentó sobre el desnudo cuerpo de él, rozando fugazmente con su rasurado sexo el moreno pubis que coronaba el puente a su placer,final destino de sus tentaciones más calladas....Y le dijo muy despacito al oído, mientras se tendía ligeramente sobre él:

- ¿Nunca te han dado un masaje acariciándote con todo el cuerpo...?
- Ven aquí provocadora …

Entonces él la atrajo hacía si, en un abrazo y después de besarla muy dulcemente, tras mirarse a los ojos y decirse sin palabras cuanto se deseaban, con su sonrisa él la invito a iniciar aquel prometido masaje.

Y asi fue como ella, impregnando una y otra vez sus manos de aquel aceite, inició su sensual paseo, retozando, perfilando con sus pechos un imaginativo camino cuando se inclinaba sobre aquella amada piel, aproximándose y alejándose, balanceándose, paseando lentamente con sus manos, tiñendole de aquella transparente esencia con sus pezones en su pecho , deslizándose sobre él,resbalando sobre sus piernas, atrapándole y liberándole una y otra vez,dibujando una invisible acuarela con los colores del deseo...Sintiendo en cada rincón de su piel como el aceite les iba fusionando en un solo cuerpo, una sola caricia, conduciéndoles al paraíso sin retorno de su pasión, hasta explotar de placer y convertirse en una sola piel...