viernes, diciembre 09, 2005

Ella ha soñado...

Ella ha soñado esta noche que le esperaba…
Arrodillada frente a la puerta de la habitación, su único atuendo es un collar negro, de perra, con las iniciales de su Dueño.
En silencio recuerda el tortuoso camino que la condujo a Él…las lagrimas derramadas, la soledad, el dolor, los falsos espejismos que tantas veces se habían perfilado en su horizonte para luego conducirla una vez más al engaño, la angustia por no encontrarle…la sensación de estar incompleta mientras no apareciera El para guiarla.
Ahora todo ese puzzle que había sido su vida tomaba por fin forma, todo tenía ya significado…y su entrega no podría haber sido tan completa, tan sincera…sin haber vivido aquellas experiencias…
Se había vuelto a levantar una y otra vez sin detenerse ni recrearse en su pena…su sentir era el de una mujer sumisa…y siguió avanzando hacía ese El que jamás se cruzaba en su vida…pero sabedora de que el triunfo podía estar en cualquier recodo de aquel sendero de angustia y desazón.
Y allí, arrodillada ante la puerta …esperando a su Señor las lagrimas inundaban sus mejillas…esta vez por dicha, por alegría…por la felicidad de haber encontrado a su Amo, ese hombre especial a quien entregar todo su universo de sueños y esperanzas sabiendo que Él haría realidad sus deseos y compartiría con ella su mundo guiándola por aquel infinito de estrellas…
Atrás quedaba el veneno de falsos besos que mordisquearon su corazón, las falacias de charlatanes que quisieron jugar a ser su Dios, ya no había temor ni dudas en su alma, sabía que Él la protegería, la cuidaría, que jamás permitiría que volviera a dudar de su sentir como sumisa…a su lado, orgullosa avanzaría hasta convertirse en su esclava.
Todo dejaría de existir, centraría su vida en adorarle, en sentirle…no habría ya pensamientos que traicionaran su firmeza en aquella entrega…ni miedos…sólo había ya adoración hacía Él.
Dio un vistazo a la habitación y sonrió débilmente…el lecho salpicado de pétalos de rosa aguardaba aquellos cuerpos que extenuados derramarían el placer sobre las sabanas…las velas impregnaban el ambiente de calidez y de un peculiar olor…en la almohada una rosa azul esperaba ser usada para acariciar…
Sólo sentía deseo ante la llegada de su Amo…y su única ambición era estar para siempre a su completa disposición…entregarle su dolor…y sentirse siempre suya.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Para "ella" que ha soñado...No te preocupes, aunque hagas de esclava nunca te harán demasiado daño.
Para ti, Elisabeta, que tu Señor te permita seguir jugando con las Musas,y, a tus lectores invocar a EROS.
Un saludo, Ricardo (www.piedrasyletras.net)