sábado, diciembre 10, 2005

El castigo

Hemos llegado a tu casa.
Durante el trayecto el silencio ha sido denso.No hemos hablado.Ni siquiera he osado mirarte.
Sólo una vez tu mano,subiendo mi falda ha rozado mi muslo...un escalofrío me ha sacudido...pero has retirado tu mano de mi,no has seguido hacía el centro de mi deseo.
No he musitado palabra.Sé que estoy castigada.Sé que estas enojado.
Tras aparcar te has adelantado hacía la casa,no me has esperado. He caminado lentamente detrás de tí encontrando la puerta entreabierta,como me dijiste.
Me detengo allí,en el recibidor,sé cuales son mis obligaciones.
Me desnudo lentamente,intentando arañar minutos al tiempo,quiero postergar mi castigo pero también quiero acabar cuanto antes con esta frialdad que emana tu ser. No puedo con esta tristeza,no puedo con tu desidia...necesito que me perdones,no quiero volverte a contrariar.
No me importa ya lo que quieras hacer de mí, tómame,castigame...pero perdonáme.
Deseo de nuevo que mi Amo me hable y dejar que su mirada envuelva mi cuerpo,que sus manos me acaricien,me azoten,me hagan vibrar de pasión...de deseo...
Tú te has acercado a mí y permaneces de pie impasible esperandome.
- Mi Señor estoy ya preparada para servirte.
Me arrodillo frente a tí , de nuevo soy nada, tú eres mi Dios....lentamente desabrocho tu pantalón, deslizo tus slips y acerco mi boca a tu sexo...te lamo,te beso, te chupo,suavemente,vorazmente...me lleno de tí...y las lagrimas bañan mis mejillas...sé que me vas a perdonar por haber sído tan estúpida,por haber desconfiado de tí,por haber dudado...
Arrodillada frente a ti quiero que me redimas con tu placer,quiero sentirte y saciarme de Tí, quiero que me desees tanto como yo te deseo...voy notando como mi humedad escapa entre mis muslos y cada vez más lascivamente te voy conduciendo al climax...
He seguido arrodillada,abrazandome a ti y he deseado que el tiempo pare en ese momento mientras tú,mi Amo,mi Dueño depositas en mi tu gozo...
Me ordenas que me levante y me conduces de nuevo hasta el recibidor.Me atas en la barandilla de la escalera que conduce al piso superior.Mis brazos extendidos hacía arriba...me molestan las cuerdas en las muñecas,pero no me quejo.
Enfrente de mi un espejo devuelve mi imágen. Apenas me reconozco.Pero me agrada verme.
Desnuda,estirada...ofrecida a Tí.
Te marchas al piso de arriba, tienes que preparar tu equipaje, al día siguiente partes de viaje.No has vuelto a dirigirme palabra.
Permanezco sola mucho rato, ya no sé cuanto...he perdido la noción.Por un momento temo que te acuestes a dormir y me dejes allí toda la noche. Sé que lo tendría bien merecido.Quizás asi pudiera redimir mis errores.
Estoy sola.Te echo de menos mi Señor. Deseo que vengas a buscarme.No puedo evitar llorar en silencio mientras te espero.
Has bajado y te has detenido frente a mi. Me observas en silencio y acercas a mi tu cinturón rozando mis pechos,mis pezones...
Y entonces me preguntas si sé porque estoy así...si reconozco que me he portado mal.
Te pido perdón de nuevo,te suplico tu perdón.
Empiezas a azotarme con tu cinturón, me quema la espalda, las nalgas me abrasan...algunos golpes salpican mis pechos...y una oleada de deseo mezclada con temor me sacude el cuerpo.Pellizcas mis pezones mientras me miras fijamente a los ojos, he de bajar la vista,cada vez estoy más en tus manos...
Te pertenezco, soy tuya...haz tu voluntad en mí....
Me desatas, en mis muñecas rojas y marcadas por las cuerdas queda la huella de tu perdón.
Allí mismo me haces apoyarme en las escaleras y me sodomizas...y cada vez que noto como empujas dentro de mi ,el fuego de mi deseo me hace daño y me consume...hasta que vibramos los dos de placer.
Me coges en tus brazos y arrullada en tí me subes a la habitación, apoyo mi cabeza en tu hombro y me abrazo con fuerza a tí....me has perdonado mi Señor...y me permito darte un beso.

3 comentarios:

Juan Carlos Rodríguez dijo...

Me excitó leerte... te regalo un poema de mi autoría...
Fogata de asombros nuevos

Si sabías
que iba a seguirte hasta el fin de los volcanes
succionando tus pezones
y desplegando tus yemas hirvientes
¿por qué no me avisaste
que tu fogata hecha
de asombros nuevos
iba a calcinarme sin piedad?
Morena mía,
mi diablo te acosa
mientras tu ángel
junta magnolias
plenas de gemidos.

Juan (Argentina)

@Intimä dijo...

Ummmmmmm que sugerente estas
Elisabeta.
Te seguiré por aqui tambien.

Anónimo dijo...

Sensual y jugoso texto. Besos