jueves, abril 27, 2006
Una pareja más...
Hemos seguido la carretera que lleva hasta el Desierto.
Me habían hablado de las hermosas vistas que desde allí podíamos divisar y deseaba compartir contigo ese lugar.
Aparcas el coche y recorremos el sendero que nos lleva hasta el final de las rocas.
Estamos tan cerca del cielo aquí…
Podemos perder nuestras miradas en el infinito mar.
La playa, el pueblo todo queda tan lejos de los dos en este momento.
Hace mucho tiempo que no estabamos tan solos y tan cerca.
Hemos dejado atrás dudas, incertidumbres, enfados y peleas, ha sido un largo camino el que nos ha traído a este preciso momento.
Nos dejamos inundar por el silencio para descubrirnos justo en este momento y besarnos y abrazarnos otra vez.
Me coges de la mano, retrocedemos y seguimos caminando entre los árboles y arbustos.
Encuentras el lugar que deseabas y allí me ordenas desnudarme.
Temo que alguien pueda verme pero es mi deseo obedecerte.
Me desprendo lentamente de mi indumentaria.
Tú vas depositando mi ropa prendida en las ramas del pino que tengo a mi lado.
Lentamente voy desnudándome hasta quedarme tan sólo con el sujetador y el tanga.
Te suplico con mi mirada , intentando comprendas mi ruego y me detengas,pero tu deseo es que me despoje de todo.
Y asi desnuda me arrodillo frente a ti, mi Dueño, Amo y Señor.
Las hojas secas castigan mis pies, y allí con un verde escenario como téstigo te entrego mi compromiso escrito en ese papel que habías preparado.
Te pido que me tomes una vez más.Y de nuevo me aceptas como tuya.
Tras unos interminables momentos de silencio en los que tan sólo me observas, te desabrochas el cinturón y lo tomas con tu mano después de liberar tu sexo del pantalón.
Acercas mi cabeza a ti y ya sé qué deseas.
Y lamo, chupo, devoro con fruición tu sexo, hasta que me olvido del lugar donde estoy, hasta que pierdo el temor a que alguien pueda verme allí, desnuda y arrodillada.
Ya tan sólo pienso en complacerte y voy entregándome en cada suspiro, en cada gémido, abandonándome a tu placer, olvidándome de quien soy yo,llenándo mi mente y mi alma de las sensaciones que van asaltando mi ser...Mientras vas castigando mi espalda y mis nalgas con los azotes de tu cinturón.
Siento como voy empapándome de mi propio deseo hasta que explotas de placer en mi cara.
Y ahora sé que el tiempo ha dejado de existir, que siempre fui tuya.
Te pertenezco. Eres mi Dueño.
Tras vestirme hemos vuelto al lugar desde donde se puede ver el mar, te has sentado en una roca y me he sentado en tu regazo.
Me abrazas mientras miramos de nuevo el paisaje.Apartas mi pelo para besar mi nuca y sigo abandonándome a la felicidad de sentirme así, segura, de nuevo entre tus brazos...
Entonces hemos oído voces a lo lejos, un grupo de personas han llegado a las inmediaciones del lugar.
Cómplices hemos sonreído, tan sólo somos una pareja más disfrutando de las hermosas vistas.
martes, abril 11, 2006
Cada vez...
Puedo sentir como el cinturón lame mi espalda, me besa la piel, me araña…
Y tú te mueves al compás de mis gemidos, navegando en mis entrañas.
Grito. Es placer. Deseo más. Y tú no te detienes.
Tumbada sobre tu cama, puedo sentir a veces tu aliento en mi espalda…
Cada vez más dentro, mis dedos recorriendo ya el dibujo de la colcha, retorciendo mis manos la tela, mientras tu te vas hundiendo en mí.
Mis labios sellan con jadeos mi deseo.
Puedo sentir el cinturón lamiendo mi espalda, azotes, caricias. Cada vez más fuerte.
Ya nada más importa.
No puedo pensar, tan sólo sentir como me posees.
Tú me vas retrasando ese momento, juegas con mi ansia y te adueñas de mi placer.
Tus palabras teñidas de dureza ahora me excitan…
Cada vez más fuerte. Cada vez más dentro.
Y ya sólo deseo amarte, entregarme, beber de la desesperación por ser tuya y nadar entre las aguas de mi dulce abandono…
Y tú te mueves al compás de mis gemidos, navegando en mis entrañas.
Grito. Es placer. Deseo más. Y tú no te detienes.
Tumbada sobre tu cama, puedo sentir a veces tu aliento en mi espalda…
Cada vez más dentro, mis dedos recorriendo ya el dibujo de la colcha, retorciendo mis manos la tela, mientras tu te vas hundiendo en mí.
Mis labios sellan con jadeos mi deseo.
Puedo sentir el cinturón lamiendo mi espalda, azotes, caricias. Cada vez más fuerte.
Ya nada más importa.
No puedo pensar, tan sólo sentir como me posees.
Tú me vas retrasando ese momento, juegas con mi ansia y te adueñas de mi placer.
Tus palabras teñidas de dureza ahora me excitan…
Cada vez más fuerte. Cada vez más dentro.
Y ya sólo deseo amarte, entregarme, beber de la desesperación por ser tuya y nadar entre las aguas de mi dulce abandono…
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