martes, enero 31, 2006
miércoles, enero 18, 2006
Desdibujándote...
Voy desdibujándote de mi mente, tus marcas antes púrpura van diluyéndose en mi piel...
Casi sin querer, apareces salpicando alguno de mis pensamientos, pero evito pensarte, evito añorarte, evito arrepentirme…
Y con el paso de los días se va difuminando tu rostro, palidecen tus palabras y languidecen las ilusiones que despertaste en mi alma...
Venció la realidad a los sueños, la razón a la locura, la cobardía al atrevimiento.
Ahora sólo te permitiré ser un breve pensamiento, una fantasía a la que sin querer acudiré de vez en cuando, escapando de esta realidad…
Nada fue mentira, ni lo que yo te ofrecía ni lo que tu querías, sucedió que desperté antes de dejarme arrastrar sin remisión por el torbellino de sensaciones que sabiamente avivaste en mi, sumergiéndome en tu mundo, para mi tan deseado. Desperté y tuve miedo de ti, de mi…
Y tú, seguirás estando siempre allí, detenido en el tiempo, envuelto en los recuerdos de la oscuridad de aquella noche estrellada, en el olor a tierra mojada, en mis gritos, en mis lágrimas, en mi abandono...,y en este silencio que ahora nos separa.
No te equivocaste al saber que volvería allí. Cierro los ojos y vuelve a arañar mi alma la aspereza de la corteza de aquel árbol, donde desee cobijarme, y parece que han pasado ya millones de años luz desde aquella noche .Se desdibujan tus marcas con el paso de los días, el color púrpura se funde con mi propia carne, y sé que será imposible arrancar ya tu recuerdo de mi piel y de mi alma sumisa...
Casi sin querer, apareces salpicando alguno de mis pensamientos, pero evito pensarte, evito añorarte, evito arrepentirme…
Y con el paso de los días se va difuminando tu rostro, palidecen tus palabras y languidecen las ilusiones que despertaste en mi alma...
Venció la realidad a los sueños, la razón a la locura, la cobardía al atrevimiento.
Ahora sólo te permitiré ser un breve pensamiento, una fantasía a la que sin querer acudiré de vez en cuando, escapando de esta realidad…
Nada fue mentira, ni lo que yo te ofrecía ni lo que tu querías, sucedió que desperté antes de dejarme arrastrar sin remisión por el torbellino de sensaciones que sabiamente avivaste en mi, sumergiéndome en tu mundo, para mi tan deseado. Desperté y tuve miedo de ti, de mi…
Y tú, seguirás estando siempre allí, detenido en el tiempo, envuelto en los recuerdos de la oscuridad de aquella noche estrellada, en el olor a tierra mojada, en mis gritos, en mis lágrimas, en mi abandono...,y en este silencio que ahora nos separa.
No te equivocaste al saber que volvería allí. Cierro los ojos y vuelve a arañar mi alma la aspereza de la corteza de aquel árbol, donde desee cobijarme, y parece que han pasado ya millones de años luz desde aquella noche .Se desdibujan tus marcas con el paso de los días, el color púrpura se funde con mi propia carne, y sé que será imposible arrancar ya tu recuerdo de mi piel y de mi alma sumisa...
martes, enero 17, 2006
Lágrimas de sumisa
Nunca había llorado al ser azotada…Y tu arrancaste esas lágrimas que brotaban sin cesar desde el fondo de mi alma de sumisa, tanto tiempo dormida...Me diste el dolor suficiente para despertar en mi todo el respeto que siento ahora por ti, desde mi nueva condición : mi pertenencia a Ti...
Fui incapaz de rebelarme ni de salir huyendo, supe en aquel momento que te pertenecía, que deseaba cuanto estaba sucediendo entre las irreales sombras de la fría noche, oculta mi desnudez en la oscuridad del bosque, abrazada a aquel árbol que no podía guarecerme de sentir mi propio dolor envuelto en escalofríos...
Te intuía, te sentía...eras mi Dueño...y yo merecía aquel castigo. Y merecía cuantos azotes desearás darme, porque cada vez que el cinturón besaba mi piel ibas mordiendo un trozo de mi alma y yo iba fundiéndome más en Ti...
Y seguí soportando aquellos azotes que me sumían en un abismo de dolor, llegué a pensar que sería inaguantable para mi, pero jamás he deseado tanto seguir permaneciendo en un sitio como aquella noche...
Te presentí cuando te conocí, supe que ibas a ser mi Amo, supe que eras tú, aquel a quien iba a pertenecer en cuerpo y alma, no hay motivo, no hay porqué, supe que eras tú...
Y fue esa fría noche donde se mezclaban tus azotes con mis lágrimas cuando me convertiste en tu sumisa y me sentiste así : tuya…
Fui incapaz de rebelarme ni de salir huyendo, supe en aquel momento que te pertenecía, que deseaba cuanto estaba sucediendo entre las irreales sombras de la fría noche, oculta mi desnudez en la oscuridad del bosque, abrazada a aquel árbol que no podía guarecerme de sentir mi propio dolor envuelto en escalofríos...
Te intuía, te sentía...eras mi Dueño...y yo merecía aquel castigo. Y merecía cuantos azotes desearás darme, porque cada vez que el cinturón besaba mi piel ibas mordiendo un trozo de mi alma y yo iba fundiéndome más en Ti...
Y seguí soportando aquellos azotes que me sumían en un abismo de dolor, llegué a pensar que sería inaguantable para mi, pero jamás he deseado tanto seguir permaneciendo en un sitio como aquella noche...
Te presentí cuando te conocí, supe que ibas a ser mi Amo, supe que eras tú, aquel a quien iba a pertenecer en cuerpo y alma, no hay motivo, no hay porqué, supe que eras tú...
Y fue esa fría noche donde se mezclaban tus azotes con mis lágrimas cuando me convertiste en tu sumisa y me sentiste así : tuya…
Sensaciones dormidas...
Desnuda para ti…,mis brazos, enlazados en la nuca. Me observas en silencio.
No puedo ver tu semblante, agacho mi mirada como me has ordenado…
Apagas la luz, permaneces sentado en ese sillón y lentamente vas recorriendo mi cuerpo con la luz de una pequeña linterna que adivino en tus manos…
Noto como se va estremeciendo mi piel mientras sigues con ese silencioso paseo de luz que deslumbra mis ojos, acaricia mis senos, mi vientre, mis muslos…,se detiene en mi sexo durante un segundo interminable y siento como una mezcla de vergüenza y pudor sacuden mi alma invadida por el deseo de que me roces, aunque sea por un leve segundo…
Sigues deslizando esa luz sobre mi, acariciándome en silencio, descubriéndome y despertando en mi sensaciones dormidas...
No puedo ver tu semblante, agacho mi mirada como me has ordenado…
Apagas la luz, permaneces sentado en ese sillón y lentamente vas recorriendo mi cuerpo con la luz de una pequeña linterna que adivino en tus manos…
Noto como se va estremeciendo mi piel mientras sigues con ese silencioso paseo de luz que deslumbra mis ojos, acaricia mis senos, mi vientre, mis muslos…,se detiene en mi sexo durante un segundo interminable y siento como una mezcla de vergüenza y pudor sacuden mi alma invadida por el deseo de que me roces, aunque sea por un leve segundo…
Sigues deslizando esa luz sobre mi, acariciándome en silencio, descubriéndome y despertando en mi sensaciones dormidas...
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